Tras muchos meses sin pisar esas
tierras allá nos plantamos un grupo de 11 amigos dispuestos a
disfrutar de una mañana soleada de invierno. El día amaneció frío,
como no podría ser de otra manera en esta época tras una noche de
estrellas, el paulatino agrupamiento tras el desplazamiento hasta el
lugar de Chelo (Coirós-A Coruña), fue acompañado por una animada
charla, saludos de compañeros que, en algún caso, llevabamos tiempo
sin vernos, hasta que completado el grupo nos pusimos en marcha un
grupo de 8 para el trail y 3 para la andaina...
El comienzo de la ruta es fácil,
remontando el río por el sendero de su margen izquierdo durante 1 km
hasta desviarnos monte arriba en dirección al alto de la Espenuca y
dirigirnos a la aldea de Caresma, situada justo al borde de las
tierras agrícolas de la zona de Ois desde donde se da paso al cañón
trazado por el río Mandeo con sus pendientes pronuciadas, desde ahí
continuamos hacia el lugar de As Pías, en donde un moderno puente de
madera facilita el paso peatonal hacia la ribera derecha situada en
el municipio de Paderne, tras una breve parada que aprovechamos para
probar un pequeño rocódromo situado en un área de descanso
iniciamos una empinada subida que nos llevaría hasta el canal del
Mandeo que suministra agua al embalse del río Zarzo cuya finalidad
es dotar de caudal a una minicentral hidroeléctrica situada a
orillas del río tras un tramo de conducción por 2 grandes tuberías
gemelas que mueven sendas turbinas.
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El amante de las alturas (por Rosa) |
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Destreza (por Rosa) |
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Todos a probar (por Rosa) |
Una vez en la ruta del canal el camino
es fácil, pasamos cerca de los núcleos de A Esperela y Vigo de
Paderne, llaneamos al principio, hasta que toca iniciar el descenso,
suave incialmente, para ver incrementado el desnivel poco a poco
hasta que alcanzamos nuevamente la orilla del Mandeo, aprovechamos el
reagrupamiento para acercarnos a una especie de “vía ferrata”
instalada junto al río y, al poco, continuamos el descenso suave
junto a los rápidos en los que el agua nos regala su potente sonido
mientras atravesamos el que, probablemente, sea el tramo mas bonito
de la ruta hasta que llegamos a la mencionada central hidroeléctrica
del río Zarzo (aunque, a decir verdad, la mayor parte del agua que
la mueve proviene del Mandeo). Desde ahí quedan unos 3 km hasta
retornar al que fue punto de partida, el coto de pesca de Chelo,
cruzando nuevamente el río por un estrecho puente que nos vuelve a
situar en el margen izquierdo para atravesar tramos pedregosos y
húmedos tapizados de musgo, otras zonas mas “corribles” de
tierra compactada y, como no, diversos charcos y barrizales.
La clara presencia del invierno, que ha
despoblado de hojas numeros árboles de hoja caduca y ha alfombrado
con ellas el suelo, no parece haber borrado apenas el intenso verde
de aquellos paisajes. Sin duda, este es un lugar para visitar en
cualquier época del año.
Completada la ruta, algunos valientes
nos aseamos en las frías aguas del río para, a continuación,
desplazarnos hasta el alto de la Espenuca donde nos aguardaba una
buena comida en el Restaurante La Paz que dio pié a que
disfrutásemos doblemente de una estupenda jornada, pues si la ruta y
el paisaje habían sido notables, los amigos son excelentes.
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Preparando el camuflaje para una emboscada (por Rosa) |
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Sol de invierno (por Rosa) |
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¿Cómo se baja de ahí? (por Rosa) |
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Hojas secas y verde, mucho verde (por Jesús) |
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(por Jesús) |
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(por Jesús) |
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(por Jesús) |
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